"... hay gente que juega bien al rugby,
hay gente que juega bien al fútbol...
y hay gente que enamora."



domingo, abril 27, 2008

Magia

Un día de diciembre de 2005, un amigo de Leyendas del Rugby nos reenvió este mail de alguien que no conoció a Manucho, y escribió así.



“Subject: Manucho
Date: Wed, 7 Dec 2005

(…) A quien le llegue entonces...

Vivo en México hace un año y pico. Hasta el 2002 o 2003 jugué al rugby (…) en inferiores, juveniles, pre, inter, primera, según los años.

No jugaba desde entonces y cuando en febrero de este año me encontré acá en México medio solo y sin mucho que hacer, me enteré de que se jugaba al rugby y me puse a jugar en un equipo, Tazmania.

Fue un muy buen semestre. El rugby acá es pobre y desorganizado, pero hay buena onda, gente con ganas y volví a sentir el rugby en la sangre como hacía mucho no me pasaba. Escuchaba entre mis amigos argentinos y mexicanos nombrar a una persona, alguien que había dejado una marca. Un día me enteré que esa persona se había muerto.

El día que jugamos la final del torneo mexicano, en una ciudad a unos 300 km del DF, vinieron a ver el partido el padre y la hermana de Manucho. Fue un fin de semana rarísimo. Perdimos, pero resultó anecdótico, nunca me voy a olvidar de esos dos días en Celaya.

Cuando volví al DF ese domingo escribí algo que no podía dejar de expresar como fuera. Corto y un poco inentendible, pero decía algo así:

"Vengo de un fin de semana increible. Jugué una final y la perdí. Morfé, tomé, bailé, la pasé, como dicen acá, pocamadre. Pero es lo de menos. Lo que me queda de este fin de semana en Celaya es que hay gente que es mágica. Y su magia deja huellas al pasar que ni esa propia persona imagina. Esa magia puede ser para muchos o para una sola persona, es lo de menos. Es algo, y queda. La trascendencia no está atada a la fama. La persona que me hizo pensar eso ya no está. Ni siquiera la conocí en vida.

Quizás eso fue lo que me impresionó.

En el equipo había jugado hace algunos años, Manucho, un chico argentino que, hasta donde yo sabía, había caido muy bien a todos. Manucho se fue de México a Holanda, donde le encontraron un cáncer, del que murió en Argentina hace unas 5 o 6 semanas. Yo nunca lo conocí, claro. Hasta este fin de semana. Porque este fin de semana, el padre y la hermana de Manucho vinieron a ver la final a México (en viaje relámpago de 2 días desde Argentina). Y bueno, todo giró en torno a él, claro. Y fue realmente mágico.

Entrar a la cancha al borde de las lágrimas por alguien a quien nunca vi. Ver a mis compañeros con una fuerza adentro indescriptible. Escuchar más tarde a su familia hablar de él, a los que lo conocieron recordarlo de una manera increible.

Manucho no fue famoso. No inventó ningún remedio salvador, no se hizo millonario ni escribió un libro (creo). Quizás ni siquiera tuvo tiempo de hacer ese algo que pretendía hacer. Pero por lo visto logró, en 25 años, dejar una huella difícil de borrar. Unir gente de diferentes partes y con diferentes intereses en torno a su persona. Mejorar la vida, aunque sea en detalles, de todas las personas que le tocó conocer.

La forma más simple y práctica de mejorar el mundo.

No se si me corresponde hablar de él sin haberlo conocido. Pero me enseñó algo y no podía no decirlo."

Hoy, martes 6 de diciembre, nos juntamos con el equipo. Acá recién empieza la temporada y en enero ya el torneo oficial arranca y el equipo anda medio desperdigado.

Un grupo estuvo hace dos fines de semana jugando el seven de Pergamino en homenaje a Manucho y se trajeron un DVD con el programa de Leyendas que si no me confundo salió en septiembre. Fue otro momento intenso que me trajo a la cabeza de nuevo todo ese fin de semana, me recordó la "lección" Manucho y me confirmó, al ver hablando a la gente de Alumni, que mi impresión de Manucho, esa huella indeleble que le adiviné sin conocerlo, es totalmente cierta.

El "estilo Manucho" es para mí la mejor y única manera de mejorar el mundo, como decía ahí arriba. México y el rugby ya me enseñaron eso. Gracias a él.

Les mando saludos desde acá y gracias por ese programa, en nombre de toda la gente de Tazmania.”

sábado, abril 26, 2008

Los retratos del entrenador

En Junio de 2006, en Den Bosch (Holanda), durante la entrega del Primer Manu Trofee en The Dukes Rugby Club, a las tres hermanas nos dieron un regalo especial.
Frank van den Heuvel, el entrenador de Manu (y artista plástico) nos regaló varios retratos que hizo de él.

Este es Frank...

Y así pintó a Manu...




Seven Pingüinos 2006 - 2da. Copa Manucho Gil

Pergamino. 25 y 26 de Noviembre.


lunes, abril 21, 2008

Sentimientos escritos (Parte IV)

“Carnalito, siempre te he visto como una persona ejemplar…en México, en Tazmania y en los corazones de cada uno de tus amigos que dejaste acá, siempre te tenemos presente y eres por mucho lo mejor que le ha pasado al club... llenaste nuestros corazones de alegría y de VIDAAAAAAAAA…”

“Cuando Manu vivió en Holanda el ganó muchísima amigos y dio una impresión que nadie de nosotros va a perder. Su ganas para vivir y historias de su viajes son imprimido en nuestro memoria! (…) Sabemos que el vivió fuerte, con mucha vida en poco tiempo, y estamos seguros que el vació el máximo de su vida. La memoria de Manuel es con nosotros para siempre!”

“Manucho ha sido un mar de alegría para mi vida y la de toda la gente que lo conoció. Yo no se si haya reencarnación o no, pero alguien tan grande como Manucho, con tanta energía se me hace imposible que desaparezca. Estoy seguro que está haciendo feliz a muchos más por algún lado, siempre que pienso en él me saca una sonrisa especial. Manucho vivió, y tocó vidas. No todos los seres humanos pueden decir eso.”